(Recuerden leer primero la parte 1 que está más abajo para que entiendan bien la historia)
Yo: desde que hora estás aquí?
Ella: desde las 10 de la mañana!
Yo: no manches! porqué? que te paso?
Ella: dolor de vesícula.
Ahí llego otra enfermera y le dijo que igual y le tenían que hacer cirugía, la chavita seguía con hipo y mi mamá dijo "no pues tu necesitas un buen susto para que se te quite el hipo" la enfermera escucho eso y según ella la asusto diciendo " te vamos a inyectar y la ahuja esta de este vuelo (con sus manos hizo señal de que estaba grande) eso obvio no asusto a la chavita.
Total que llego el residente que el doctor Polo me presento (eso viene en la parte 1 de esta historia) y le dijeron a la chavita que el le haría la valoración y a mi se me ocurre abrir la boca y decir: A no manches el es un residente, es el que te va a hacer la valoración!
Mi mamá solo me hizo cara de callate! pero todos se rieron y dijeron osea un estudiante te va a hacer la valoración, la enfermera dijo "noo ps con eso ya se le quito el susto"
Total que justo en ese momento me dieron mi hoja de salida y ahí me tienen despidiendome de todo mundo, me sentía del asco pero creo que eso de hacer amiguitos en el hospital facilito mi salida.
Ja ja ja ja wow... Niyaaz, ¡Me has sorprendido con tu relato! Creo que eso nos enseña que hasta en las situaciones más bizarras, siempre hay tiempo para abrir los ojos, los oidos (en tu caso la boca), pero más que nada a abrir tu corazón a los demás... ¿Qué darían muchas personas por que sus visitas al médico fueran como la tuya (independientemente del dolor a causa de tu malestar). Sin duda una demostración de que tan buena persona eres, y que tan bueno uno puede llegar a ser.
ResponderEliminarP.D. Tus comentarios "incómodos" están más lejos de dar pena, ¡que de dar alegría!
¡Saludos!
-EgS-